sábado, 5 de noviembre de 2016

Familiar de preso político: “Hugo Chávez no sabe la maldad que nos hizo”

Noviembre 05, 2016.- María Bolívar es la tía de uno de los cinco policías metropolitanos presos en la cárcel militar de Ramo Verde. El 21 de abril del año 2003 fueron a presentarse ante la justicia porque “el que no la debe no la teme”. Desde ese día no han vuelto a sus casas. “Son inocentes”, destacan sus hijos y familiares, quienes solo pueden verlos seis horas cada día del fin de semana



 En el piso 5 la cárcel militar de Ramo Verde se encuentran cinco policías presos. Para las ONG defensoras de derechos humanos son presos políticos. No entran en las estadísticas del gobierno del presidente Nicolás Maduro. Son haberes a favor de Hugo Chávez.

Hace 13 años y medio están en las celdas de ese centro de reclusión con condenas que van desde 16 años y cuatro meses hasta 30 años de prisión. Son los policías metropolitanos que estuvieron custodiando la marcha del 11 de abril de 2002. Sus familiares precisan: “Son los primeros presos de la revolución”.

Están enfermos, sus hijos crecieron visitando a sus padres en la cárcel. Luchan con la carga que les genera pagar una condena “por hechos que no cometieron”. “Ellos son inocentes. Eso no solo lo decimos nosotros, lo dice el expediente”, explicó María Bolívar, la tía del agente Erasmo Bolívar, el más joven del grupo de 11 que fueron acusados. El más joven de los cinco que quedan.

Erasmo Bolívar
Condena: 30 años
Lleva preso 13 años y 6 meses
 Uno de los días más tristes y dolorosos en la vida de María Bolívar fue cuando dictaron sentencia en el juicio más largo de la historia del país: “A Erasmo le dieron 30 años y yo no podía entender ni dónde estaba. Fue una cosa muy fea. A pesar de su inocencia lo juzgaron, porque a él no lo acusan por todas las muertes del 11 de abril, solo le señalan el homicidio de dos personas y en grado de frustración. ¿Usted sabe qué significa eso? Que él no las mató. Eso se verificó. Los disparos que mataron a esas personas vinieron de arriba hacia abajo, y con todo y eso a mi sobrino lo sentencian”.
A Erasmo le gusta el deporte; su pasión es el baloncesto. Cuando lo detuvieron tenía 28 años y ya tiene 41. “Mi sobrino ama el deporte y jugando baloncesto tuvo desprendimiento de retina; de eso tuvieron que operarlo tres veces. También tiene un problema en la rodilla y lo más triste es lo emocional. Es un sube y baja. Eso le pasa cuando se emociona porque cree que va salir en libertad, pero luego los PM vuelven a caer en el olvido y se desploma”, relata Bolívar.
Tiene cuatro hijos y no ha podido acompañarlos. El mayor tiene 22, el segundo 17, una niña de 11 y una bebé de 8 meses. “A su niña de 11 la tuvo estando ya preso y como Adrianita, que así se llama, lo conoció en la cárcel, creía que esa era la casa de su papá. Un día, la hija de otro preso le dijo que esa no era una casa, que era una cárcel y la niña le preguntó a su papá: ‘¿Qué fue lo malo que hiciste para que te metieran preso?’. Ese fue un día terrible para Erasmo”, confesó María Bolívar, quien compara el daño que le han hecho a Erasmo y a su familia: “(Es) como la inmensidad del mar Caribe. Yo veo el mar desde mi casa, porque vivo arriba en Carayaca. Hugo Chávez no sabe la maldad que nos hizo; una maldad tan grande que no tiene perdón de Dios”.
Cuando se quiebra, María Bolívar cuenta que los amigos la ayudan a levantarse. Entre los primeros nombra a Bony de Simonovis, la esposa del comisario Iván Simonovis, jefe de seguridad ciudadana de la Alcaldía Mayor durante el golpe de Estado de 2002, quien compartió celda con Erasmo cuando lo llevaron desde el Helicoide hasta Ramo Verde. “Ella y otros me ayudan, como la señora Ruth. También el comité de presos políticos nos echa la mano, porque hay días que no tengo ni para comprarle un pan. Si pudiera hablar con el presidente Nicolás Maduro le diría que rectificar es de humanos. Yo no le pido clemencia. Yo lo que pido es justicia”, cuenta.

Marco Hurtado
Condena: 16 años y 8 meses
Lleva preso 13 años y 7 meses


Es maracucho y no ha perdido el acento. Regionalista, trabajador, valiente, así lo describen sus familiares. Su hija, Olgmary Chiquinquirá, de 21 años, dice que su papá es su héroe y que es un hombre inteligente: “Yo quiero parecerme a él en lo sabio. Quiero tener su sabiduría”.
Recuerda con claridad el día que su papá decidió entregarse: “Veníamos del supermercado mi hermano, mi papá y yo, que tenía 7 años. Mi mamá estaba leyendo el periódico con mi tía y vieron el nombre de mi papá. Dijo que iría porque ‘el que no la debe, no la teme”. Ese día a Marco Hurtado lo dejaron preso: “Desde ese día, 21 de abril de 2003, mi papá no ha regresado a la casa”.
Lo más difícil para Chiqui, como la llama su papá, es poder resumir en seis horas de visita lo que les pasa como familia todas las semanas. “Le contamos todo para que nunca deje de sentirse parte de nosotros. Ahora que estoy grande reconozco todo el esfuerzo y todo el valor de mi mamá porque no se ha rendido y veo todo el esfuerzo que implica mantener prácticamente como si fueran dos casas”, manifiesta.
Marco tiene 50 años y tres hijos. Chiqui es la menor. “Me encanta decirle que lo ‘amoadoro’, así pegado. No me gustan los domingos en las tardes. A esas horas comienzan mis días sin poder estar cerca de él”, relata.
Lo que más confusión le ha generado a la familia de Marco Hurtado es que a este comisario lo condenan sin ninguna prueba. “No hay una sola foto o un solo video de esos días en los que esté mi papá. Mi papá ni siquiera estaba en la avenida Baralt. La condena es de las más injustas de todas”. En este punto, la esposa de Hurtado, María Paz Castilla, explica: “Marco era el jefe de uno de los policías que fue a ayudar a los heridos, por eso lo involucran”.
En la memoria de Olgmary Chiquinquirá está grabado el día que cumplió 15 años. “Toda la familia ayudó; me compraron un vestido, mi padrino me llevó hasta Ramo Verde y subimos hasta el piso 5. Allí me estaba esperando mi papá vestido con un traje. A las 12 del mediodía, estábamos bailando el vals”.
En los días de prisión, Marco Hurtado trabaja y aprendió oficios. La carpintería es uno en los que más destaca. Su esposa cuenta que hace imágenes religiosas y cuadros en madera: “Sus piezas han llegado hasta el Vaticano. El papa tiene una imagen de la Virgen de Coromoto que él hizo”.
Pero hay un día que Chiqui y María quieren borrar. Fue el día cuando en cadena nacional, Hugo Chávez, entonces presidente de Venezuela, prometió amnistía general. Era el 31 de diciembre de 2007. “Todos bajamos porque había terminado la visita y ellos empezaron a gritar desde el piso 5 que no nos fuéramos, que los iban a soltar. Escuchamos la cadena y Chávez dijo que había amnistía para todos, menos para los PM. Fue un día horrible, fue el primer día que vi a mi papá llorando”.

Arube Pérez
Condena: 17 años y 10 meses
Lleva preso 13 años y 6 meses



“El día del juicio dijeron que no fue su arma la que disparó ni mató a nadie en los hechos de abril. Arube estaba en la avenida Baralt trabajando y no tenían orden de disparar. Él estaba arrecostado a la ballena (vehículo para disuadir manifestaciones con la expulsión de chorros de agua) y ve de repente que le cae un hombre en los pies con un disparo. La orden que tenían ellos era de salvar a los manifestantes”.
Cómo nadie se da cuenta de lo que se sufre cuando se tiene a un esposo o a un papá preso, se pregunta Yamileth Hernández, esposa de Arube Pérez. “Mi hija tiene 12 años y ella todo el tiempo ha visto a su papá en la cárcel. Yo la llevo los domingos y ese día lo pasan juntos. Después mi hija llora mucho y reza mucho por su papá. Ella está en un colegio de monjas y las hermanas la ayudan a pedirle mucho a Dios por la libertad”.
Arube Pérez es el más enfermo de este grupo. Tiene 46 años y cinco patologías.  Sufre úlcera gástrica con perforación del duodeno, una afección coronaria, hipertensión arterial, prostatitis aguda y neuritis intercostal.
“Nosotros pedimos una medida humanitaria pero la jueza, Ada Marina Armas, dijo que no. Nos dijeron que ella esperaba órdenes de arriba. En este momento ella está de reposo psicológico. Debe ser por la presión que tiene”.
Arube debió haber salido en libertad por redención de pena porque trabaja en el penal y aprendió oficios. De hecho, es el que hace el trabajo de mecánica a los carros en Ramo Verde.
Pero Yamileth está convencida en que la libertad está cerca. “Todos la necesitamos”, dijo con voz entrecortada, porque cuenta que es duro el gasto que semanalmente tiene para ir a la visita y atender su casa y la cárcel.
“A la semana gasto 60 mil bolívares. Yo soy profesora del Inces, doy cursos de manualidades de lunes a viernes. Los sábados vendo comida para reunir y comprar la comida de Arube para la semana, el salao, las verduras. Para mí ha sido fuerte, es como mantener dos casas. A veces dejo la nevera de la casa vacía para llevarle lo de él. Yo después veo cómo resuelvo en la semana, pero esto no se lo digo. Lo que menos quiero es hacerlo sentir mal”.
Tiene preparadas unas franelas y unos globos para adornar su casa el día de la libertad. Quiere que ese sueño se cumpla pronto. “Arube está muy mal de ánimo. Estoy siempre dándole ánimos. Pero es que es verdad, siempre nos ilusionamos con el día en que salgan y no llega. Mi esposo llora mucho y se pregunta que hasta cuándo. Yo me pregunto lo mismo”.

Luis Enrique Molina
Condena: 30 años
Lleva preso 13 años y 6 meses


Era distinguido de la Policía Metropolitana. Lo sentencian porque también aparece en la fotografía de la licorería Baralca en la avenida Baralt. Está casado con Laura Pérez y tiene dos hijas, una de 15 y otra de 4 años. Tiene problemas de hipertensión. Lo han trasladado al hospital con crisis, pero no ha logrado recuperarse.

Héctor Rovaín
Condena 30 años
Lleva preso 13 años y 6 meses


El 11 de abril de 2002 estaba en la avenida Baralt, pero el arma que portaba en ese momento fue descartada de las experticias. Está casado y tiene un hijo. Rovaín se retiró del sitio del suceso media hora antes de que murieran Erasmo Sánchez y Rudy Urbano, dos de las muertes por las que acusan a los PM.

http://elpitazo.com/ultimas-noticias/hugo-chavez-no-sabe-la-maldad-nos/

No hay comentarios:

Publicar un comentario